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DIARIO CLARIN

Juan Alfredo González: Talentito argentino
Conocido artísticamente como "El chinito", el cantante folclórico tiene 10 años, tres discos editados y un premio Gardel. Sus 30 segundos de fama con Tinelli le dieron la fama entera.
Por: Gaspar Zimerman

Nunca trabajes con niños, ni con animales, ni con Charles Laughton", aconsejaba Alfred Hitchcock. Estamos ante la oportunidad histórica de comprobar o desmentir al menos un tercio de la frase: frente a nosotros, detrás de un jarro de leche chocolatada que le tapa casi toda la cara, tenemos a Juan Alfredo González, alias El chinito. Tiene diez años y ya grabó tres discos, ganó un premio Gardel, cantó por todo el país. Es otro producto de la factoría Tinelli: su historia empezó en 2005, con su aparición en "30 segundos de fama kids", un concurso de "talentos" de ShowMatch. 'O fue antes?"A los dos años empecé a cantar, y a los siete saqué el primer disco. Profesionalmente ya llevo tres años", cuenta él, aplomado. Nació y vive en Merlo, en el conurbano bonaerense, pero su ropa responde al imaginario del cantor folclórico: botas, bombachas de campo, camisa. Y boina con detalle patrio: un pin con la bandera argentina. "Cuando era bebé, mi papá me llevaba a los ensayos de su grupo, y yo me dormía con el ruido de los bafles. Ahí nomás me empezó a gustar la música. La primera canción que supe fue El conejito. La segunda, Un globo azul. Mi papá me decía: Juancho, vení que te voy a enseñar. Y ahí aprendí".(Así, tan rápido, no. Ahí te fue gustando.) La voz de la conciencia irrumpe en la charla; El chinito mira por sobre el hombro del periodista, hace un gesto con la manito extendida y dice "perá, perá". Nos damos vuelta: no había hablado la conciencia, había sido Juan Carlos González, el padre de El chinito, estratégicamente ubicado en la mesa de atrás. "En un recital de él, yo lloraba porque quería subir a cantar —sigue el nene—, él me hizo subir, y ahí arranqué. Después le quité el grupo: los músicos de él se hicieron míos". (Tenía cuatro añitos, se puso a la gente en el bolsillo. Pero primero se dio la oportunidad de Tinelli, corrige papá-conciencia). "También fui a lo de Susana Giménez, ahí hice un casting". ('Le contaste cómo fue?). "¡Pará, aguantá! Cuando fuimos al casting, estaba cerrado. Pero un nene estaba llorando, y ahí me dijeron 'te animás a entrar? Y así entramos. Papi, ya lo dije, ahora sí". ('Ves? Así tenés que hablar).Además de ser su mentor y representante, Juan Carlos cumple otros roles en la carrera de su hijo: es el director musical de sus discos, donde toca la guitarra rítmica y las tumbadoras, hace coros y aporta varias canciones de su autoría. Como Grillito cantor, donde se oye a la infantil pero potente voz de su hijo expresar: Mi mama y mi tata/ son las flores preferidas/ para ellos mi corazón/ y si es preciso la vida. O la zamba Si supieran lo que siento: Si supieran lo que siento/ mis amigos de la escuela,/ a veces me siento solo,/ sin los juegos, la maestra,/ sin la plaza y los domingos/ de escaparnos en las siestas,/ a veces me siento solo,/ como ganado de ausencia."Esa es de mi tercer material", señala El chinito. "A veces mis compañeros decían que la seño me subía la nota, pero era por el esfuerzo que hacía. Primero está el estudio, después está el canto". Mira satisfecho a Juan Carlos que, ya sentado a su lado, le hace un gesto de aprobación y toma la posta: "Muchos nos critican, dicen que lo expongo, pero lo estamos formando como músico profesional. Yo me pongo en el lugar del niño, y sé que es feo que te obliguen, porque mi padre, allá en Misiones, me ponía a hacer tareas del campo y a la noche me despertaba para que les cantara a sus amigos. Y yo mariconeaba. El, en cambio, llora si no canta. La gente no sabe. Está obligado, pobrecito, dice. No: sería pobrecito si lo sacara del escenario". El chinito sonríe, y avisa que está listo para las fotos.